Cristian Gerard es uno de los jugadores que vistió la camiseta de los dos clubes de básquet de San Salvador. Primero con la de Sportivo y luego con la Ferro supo ganarse el afecto de los hinchas. Entrevistado por LA SEMANA recuerda como fueron sus inicios en las formativas del celeste, los entrenadores que marcaron su carrera deportiva, los compañeros con los que se entendía a la perfección.
Además, adelantó que por ahora no piensa en el retiro y si los tiempos y el físico se lo permiten seguirá jugando al básquet.
– En la actividad deportiva en el trabajo con las inferiores de Ferro has finalizado una etapa…
– Desde que estamos a cargo de todo en el área de Deportes sabemos que es una función que requiere de mucho más tiempo y lamentablemente tuve que dejar después de estar seis años dando clases. Terminamos un ciclo donde se cumplió un objetivo. Fue una linda etapa donde el club creció un montón y pudimos cumplir muchos de los objetivos que nos planteamos el primer día que entramos a trabajar con Pablo Trepo. Sabíamos que era un club nuevo en esto del básquet y quedaron otros objetivos por cumplir porque empezamos de cero. Sabíamos que no sería de un año para el otro y quedó todo encaminado y esperamos que los que vengan ahora puedan completar este ciclo. Lo que soñábamos todos era poder terminar con una participación en la Liga provincial de formativas que fue el principal objetivo para este 2021.
– En lo que hace a tu participación en el equipo de primera división, ¿qué experiencias destacás de este paso por Ferro?
– En esta temporada se cumplían 10 años en Ferro. Todo fue positivo. Si bien siempre surgen situaciones típicas de los equipos, la verdad que me llevo muchas amistades, y pienso seguir porque no está en mi mente retirarme. No sabemos que es lo que va a pasar, pero en la medida que el tiempo y el físico me lo permitan la idea no es dejar de jugar. Eso está en veremos.
– ¿Cómo comenzaste en las inferiores de Sportivo?
– Comencé a los 12 años cuando el profesor Lupi Bejarano estaba en el minibásquet de Sportivo. Me llevaron un grupo de amigos y a partir de ahí tuve una larga trayectoria de formativas, donde tuve la suerte de estar en selecciones de Concordia, en preselecciones de Entre Ríos. También ser parte de la primera división muchos años, desde juvenil. Mi experiencia con Sportivo fue muy buena. Fueron muchos años con muy buenos profesores que me dejaron muchas enseñanzas y de los cuales saqué muchos ejemplos a seguir.
Juveniles de Sportivo en 2006. Gerard el primero de los hincados a la izquierda
– De esa época, ¿qué entrenadores te dejaron cosas positivas.
– Principalmente el Negro Enrique, el entrenador que más confiaba en nosotros, de quien pude tomar más cosas por su experiencia, su trayectoria y sus enseñanzas. También al ver mi interés siempre estuvo predispuesto a darme una mano en todo y hasta el día de hoy seguimos teniendo una excelente relación.
– Luego vino tu paso por Ferro, del otro lado de la vía.
– Ahí también tengo que decir que en Ferro aprendí mucho de Azul. Compartimos muchos momentos buenos con el entrenador en una relación de amistad que se formó después de tantos años.
Cristian Gerard con Bruno Chareun y Azul, quien fuera DT de Ferro.
La rivalidad con Sportivo pasa en todos lados. Y lo vivía de una manera especial porque en todos lados donde estuve siempre traté de dejar todo. En los años que estuve en Sportivo lo dejé todo, cuando me tocó con la selección de Concordia, en ADEV de Villaguay, en Ferro. Mi personalidad no me permitió no dejar todo en el lugar donde esté. Por ahí lo de la rivalidad se daba más afuera de la cancha que adentro Por ahí a la gente le podía chocar que uno quería ganar a toda costa, hacer todo para ganar, y entonces se crea esa rivalidad o chicana de los clásicos. Eso es más de la tribuna que de los jugadores.
El último equipo de Ferro en la Liga Provincial 2019/20.
– En tu caso que estuviste en los dos lados, ¿Vivías los clásicos de una manera especial?
– Más que nada al principio, era un poco raro que la gente que estaba acostumbrada a alentarte te puteaba. Era lo contradictorio de tener tantas amistades y al otro día estar enfrentándote y era lo que más nos costó en los primeros años. Después se vive el clima especial y no podés abstraerte porque se vive en todos lados. En la calle se vive de una manera muy linda y todos te preguntan cómo estás, como nos vemos para el clásico. Realmente es una sensación hermosa de cómo lo vive la gente en San Salvador. Si bien los clásicos son muy especiales porque soy de acá, mi meta fue dar lo máximo en el lugar que estaba.
– Si tendrías que nombrar a los compañeros con los que mejor te entendías en la cancha, ¿a quiénes destacas?
– Primero con Tomy Cuehlo es con quien más nos entendíamos. Ya sabíamos para donde nos moveríamos. Solo era cuestión de mirarnos, tanto en ataque como en defensa, yo mejor me complementaba. Después era un lujazo jugar con Chapu Quinteros porque entendía todo el juego. Tenía toda la cancha en la cabeza y siempre te encontraba cuando estabas solo. Después puedo nombrar varios como a Juanpi Folmer que cuando vino acá era joven y ya mostraba su talento, Facundo Escobar, que era joven y tenía un talento espectacular, Martín Chervo tuvo su paso importante.
– Y de tu época en Sportivo con quien sobresalías.
– En Sportivo, si bien yo era más chico, con Bruno Chareun nos entendíamos, teníamos una química dentro de la cancha que también se notaba afuera porque tenemos aún hoy una excelente relación. También me tocó jugar con el Turco Jacobo, que tenía sus buenos años y todavía mostraban esos destellos de calidad que eran innegables. Uno decía que con esa edad seguía haciendo cosas increíbles que me llamó la atención siendo tan chico.
– Que sentiste cuando te entregaron la camiseta Nº 11 de Ferro, a modo de despedida de las inferiores.
– Me sorprendió. Esperaba algún regalo porque me lo habían anticipado y cuando vi la camiseta fue inevitable emocionarme. Fue muy lindo, un excelente gesto de parte del club. Una mezcla muy rara y les dije que no estarán queriendo retirarme. Si piensan eso van a tener que darme otra más adelante porque voy a seguir jugando. La verdad que fue muy gratificante y un reconocimiento de que algo bien hicimos y eso fue lo que más me emocionó. Fernando Rodríguez.