Este jueves 1 de diciembre estaré presentando el libro “Cartas de Ajedrez” que trata de una historia muy particular, silenciosa, que la protagonizó el amigo José Medardo Folonier, entre los años 1954 y 55, desde su terruño de Arroyo Barú, empezó diciendo el profesor Pedro Martín en diálogo EXCLUSIVO con SANSA DEPORTES y LA SEMANA.
Este es un trabajo de investigación que fue el disparador para mi tesis de la carrera de Ciencias Sociales. Gracias al dato material que tenía entre mis manos y el relevamiento de aquellas cartas o papelería fue tomando forma de un libro que presentaré en la Sala San Martín, a partir de las 20,30 horas de este jueves, relató Pedro Martín en nota EXCLUSIVA.
Pedro recordó que “en nuestra época del club de ajedrez que se denominaba “Amigos del Ajedrez, llegó a nuestras manos una carpeta de José. Recordemos que en aquellos años en la década del 40 al 60 se publicaban las partidas de ajedrez en diarios y revistas. Se podía seguir el torneo armando las partidas. Esta carpeta me llega con recortes de diarios y revistas y allí estaban perdidas cartas y material de un campeonato que se había desarrollado por correspondencia en el 54/55, y así empezó todo hasta llegar a este libro”.
El trabajo comprende tres categorías. Una es José Medardo Folonier y Arroyo Barú de aquel tiempo. La otra categoría es el Ferrocarril y el Correo, quienes transportaban aquellas jugadas de ajedrez por correo postal. Y la tercera es el ajedrez en si como juego y el campeonato, indicó el profe Martín.
Estas categorías se desarrollan y nos van llevando por distintos acontecimientos que ocurrieron en el país en aquellos años. El bombardeo de Plaza de Mayo, el derrocamiento de Perón, la carrera de Fórmula 1 que ganó Juan Manuel Fangio mientras las cartas de ajedrez iban y venían por la zona. Es una lectura amable, entretenida. Tiene varios capítulos buscando que la lectura no sea tediosa para el lector. Ese es el formato en el que trabajé el libro, apuntó.
“Estamos hablando de un hombre multifacético (José Folonier) que incursionó no solamente en el ámbito del ajedrez, sino también fue bochófilo, conductor radial, en el tango, fue músico, integrando dos orquestas de distintos géneros, una de tango y otra folclórica. Apenas egresa de la escuela primaria edita un diario, “El Imparcial”, escrito a mano e ilustrado con crayón. Con el tiempo se acercó a Villa Elisa y San Salvador para imprimirlo en las imprentas. Fue una persona que incursionó en varios ámbitos de la vida”, relató Martín.
Al hablar de las diferencias y el avance de la tecnología desde los años 50 hasta la actualidad, Pedro Martín comentó: “Hoy en día se juega más ajedrez que antes. Hoy uno hace un click y está jugando en línea con un ajedrecista desconocido de Sudáfrica, de Rusia, de Alemania, de cualquier lugar del mundo. Pero en aquella época había de alguna forma que relacionarse con una persona, ya sea por un correo de lectores o por un conocido de distintos ámbitos y acordar jugar una partida de ajedrez. Una vez que se ponían de acuerdo quien comenzaba, el de las blancas mandaba una carta o una esquela peón 4 rey, como era la descripción de esa época, hoy es alfa numérica. Recibías la carta, la plasmabas en tu tablero, la pensabas y respondías. Enviabas de retorno otra carta donde tu contrincante volvía a jugar y te respondía. Esto era un ejercicio cultural que llevaba dos años. A la tercera o cuarta carta empezaban a interactuar, diciendo de dónde era, cómo era tu zona. Por ejemplo, acá estamos en el mes de octubre con la siembra del arroz. O estamos en marzo y se viene la trilla. El otro contestaba que vivía en las costas del río, si había inundaciones o no. Se interactuaba de manera social y todo eso era posible por el ajedrez social.
Podemos imaginarnos que desde Arroyo Barú en los años 54/55, donde los medios para comunicarte eran el ferrocarril y el correo, el ajedrez postal fue ideal, remarcó Pedro Martín.
“Con Folo nos conocimos bien. Hemos tenido grandes charlas del ajedrez, de la vida, a pesar de la diferencia de edad. Este material me llega en la última etapa cuando Folo participaba en los campeonatos. Prácticamente no hablamos de este tema porque el disparador para que sea el material de la tesis surgió mucho después. Con este libro también podemos rendirle un homenaje a José Folonier que fue un buen amigo. Para esto hay que investigar y encontrar testimonios de personas que lo conocieron.
En el libro podrán encontrar dos entrevistas a vecinos que me aportaron material. Después me comuniqué con la entidad que organizó este campeonato en Villa Crespo. No pude dar con material porque en Villa Crespo está perdido en el tiempo este evento o ejercicio cultural, resaltó Pedro Martín.
Por último, aprovechó para invitar a todos los conocidos y amigos a esta presentación, que es abierta a todo público.
Entrevista: Fernando Rodriguez – Sansa Deportes/La Semana.