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JAVIER VISCONTI: Un triatleta varias veces campeón argentino y sudamericano que dejó bien alto el nombre de San Salvador

Javier Visconti en las aguas del lago de Federaci{on en 1999. Foto La Semana (FR)

Uno de los atletas que dio que hablar y tuvo un enorme reconocimiento en su época fue Javier Visconti, a cuya palabra recurrimos para dejarla en la tinta de esta edición especial de los 40 años y Anuario 2020 de LA SEMANA. Como se inició, quiénes fueron los guías y como llegó a ser un gran campeón. Todo esto lo cuenta en esta entrevista.

Javier Visconti fue varias veces campeón provincial y nacional de Triatlón. También fue sub campeón y campeón sudamericano de triatlón en 1999 y 2000, respectivamente.

“Me inicié desde chico, a los 12 años, con Darío Rodríguez cuando hacían las carreras de mountain bike en la Avenida de los Rusos. Después empecé a correr en el torneo de la costa del río Uruguay de ciclismo”, recordó en un principio.

Poco tiempo después “me encuentro con el Colorado Viera que estaba nadando en la pileta municipal y le pregunté para que estaba entrenando. Me dijo que había un triatlón en La Paz. Entonces quise probar como era y empecé a entrenar con el Colo Viera y con Darío. Así fue que corrí el primer triatlón en La Paz y gané”, expresó Javier.

“Con ese triunfo en La Paz me entusiasmé y seguí con el triatlón y el duatlón. Así fue que gané el torneo provincial y el nacional de triatlón”, remarcó.

Más adelante, agregó, “en el 98, fuimos a correr el Panamericano a Cuba un triatlón, pero se suspendió por el mal tiempo y se corrió un duatlón donde salí segundo. Recuerdo que era una época difícil para poder viajar y la gente de San Salvador me ayudó un montón. Andaba mucho Gallicet y mucha gente que hacía beneficios y gracias a ellos me pude comprar una bicicleta más profesional y poder viajar a Cuba”, dijo Javier.

Visconti salía a pedalear acompañado por Darío Rodríguez, quien “me enseñaba y me decía lo que tenía que hacer. Después iba a la pileta a nadar con Daniel Córdoba que estaba a cargo y me hacía un lugarcito para practicar”.

 Javier junto al Colo Eduardo Viera. A la derecha con el premio ganado en Cuba.

Al recordar las carreras más importantes, dijo: “La de La Paz es la más linda que había en la zona porque era un circo muy grande, conocida a nivel internacional. Después, de todas las carreras te queda algo lindo, porque se hace una amistad y un compañerismo con todos los que competimos”. Por ejemplo “viví muchos años en Mendoza y hoy sigo yendo por cuestiones de trabajo y voy a la casa de mis amigos a quedarme. Esa amistad es lo más lindo que te queda en el deporte”, destacó.

“Cuando corrí en Mendoza viví seis años en la casa de un amigo y ahí quedó una hermosa amistad. Cuando voy es como estar en mi casa, destacó Javier.

La experiencia en Mendoza, recordó, “empezó cuando estaba por cumplir los 16 años y estuve hasta los 21 años. Primero en el Club Mendoza de Regatas, donde viví dos años hasta que una familia de un amigo me ofreció una pieza que tenía la madre en la casa para que no esté solo. Hasta que un día les dijo que se harían cargo de mí y el club le pasaba un aporte y vivía con ellos, compartiendo en familia”. La casa de ellos era como estar en mi casa, agregó.

“Ahí corría en juveniles y pasé a elite, donde salí campeón argentino y sudamericano de juveniles, quedé cuarto en un campeonato argentino de mayores, además de participar en todas las pruebas que se realizaban en la región”, remarcó el ex triatleta.

“El contacto para radicarme en Mendoza, añadió, se dio a través del entrenador de las selecciones argentinas de juveniles, que estaba en Mendoza, cuando yo estaba por dejar y me invitó a ir allá para continuar mi carrera deportiva. Así fue que me decidí y viajé Mendoza”.

“Después vino otra etapa y aunque me estaba yendo bien en lo deportivo era muy costoso, admitió. Mi mamá tenía que poner más plata y no nos daba el presupuesto porque no se podía vivir de eso, entonces tuve que volver y ponerme a trabajar”, indicó Javier Visconti.

“En el balance creo que lo más importante son las amistades que te quedan y la vida sana que llevas con el deporte”, subrayó.

 

UNA CARRERA QUE LE QUEDO SERVIDA

Al momento de recordar alguna carrera en especial, mencionó que en un campeonato argentino de mayores en Mendoza “habíamos planificado la carrera con otros dos amigos del equipo. Teníamos que trabajar para que uno de ellos llegue adelante y se quede con la carrera. Estaba todo armado para él, pero luego se quedó y el otro compañero también se retrasó y todo quedó para mí. Por suerte pude terminar cuarto en el campeonato argentino de mayores que fue un gran logro porque tenía 19 años y los demás eran más grandes y con más experiencia”.

 

“Papi vos no corrías, estás gordo”, me dicen mis hijos

“Hoy me quedan las amistades, los recuerdos y los trofeos que hoy se los muestro a mis hijos, pero lo gracioso es que me dicen “papi vos no corrías, vos estás gordo”. Tengo que agradecer a todos los que siempre me ayudaron. El pueblo siempre fue solidario y me dio una mano, para mí fue una etapa muy linda y me encantaría que mi hijo pueda hacer lo mismo. Trato de incentivarlo para que haga un deporte. El ciclismo es lo que me gustaría, pero es bueno que haga un deporte”, reconoció.

Javier dice que “nunca sentí cansancio por entrenar. Hasta el día de hoy cuando veo una bicicleta, y gordo como estoy veo una bicicleta y quiero dar una vuelta. Si te cuesta entrenar no corrés más”, admitió.

Fuente: Anuario 2020 de La Semana / Entrevista: Fernando Rodríguez.

 

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