KIOSCO OKEY: Arriba: Jorge Piturro Santos, Sergio Challier, Tito Vasilchuk, Darío Joannas, Daniel Córdoba, Carlos Segovia, Marcos Rodríguez, Julio Migueles, Héctor Pereyra y Horacio Bocha Roldan
Abajo: Carlos Zapata, Tato Santana, Marcelo Santana, Héctor Graziano, Raúl Cleen, César Segovia y Eduardo Viera. Mascota, Matías Santos.
Okey comenzó siendo un kiosco, pero con el tiempo se transformó en un equipo de fútbol que formaron un grupo de amigos que lograron dos torneos de los barrios. Hoy, a 35 años, siguen compartiendo esos gratos recuerdos.
Los pasos previos para darle el mencionado nombre al equipo de fútbol se iniciaron en el Colegio Francisco Ramírez con un equipo que formaron varios estudiantes que ganaron varios torneos relámpagos. La representación de la institución finalizó luego de un campeonato donde todo terminó a las trompadas porque “no nos podían ganar” recuerdan los integrantes del equipo. Las quejas habían llegado al rector Daniel Corsini, pero ya habían decidido dejar de jugar para el colegio.
Así surgió el nombre del Kiosco Okey, a instancias de “Tatín” Santana, porque ese era el punto de encuentro todas las tardecitas.
El kiosco, como tal, comenzó a funcionar en 1981 en la esquina de San Martín y Bv. Villaguay, (en la esquina del salón parroquial) a cargo de Ulises, un pintor que pasó por San Salvador. Este se los vendió a la sociedad integrada por José Medardo Follonier y Oscar Hill, quien propuso darle el nombre de Kiosco Okey. Al poco tiempo Folo quedó como único dueño y pasó a ubicarse en la zona del Parque “Eva Perón”.
Como anécdota vale mencionar que fue el primer equipo barrial en contar con un sponsor en su camiseta, al comprar el juego de camisetas con el aporte de Automotores Santa María y de los jugadores. En la espalda figuraba el nombre del equipo y adelante el del sponsor
LOS TITULOS EN EL NOCTURNO DE FUTBOL
Festejo del primer campeonato obtenido por el Kiosco Okey.
En febrero de 1984 en la final de la tercera edición del campeonato de los barrios “Ciudad de San Salvador” que organizaban Progreso y Unión, el Ceberss le ganaba al Kiosco Okey la final por 2 a 0. Okey, que venía por la ronda de perdedores, en la primera final se había impuesto por 4 a 0, pero en la decisiva no pudo con la experiencia de su rival. Pero esa caída no impidió la llegada de tiempos mejores con triunfos y festejos.
En enero de 1985/86, el Okey ganaba su primera final de un nocturno de fútbol de los barrios al vencer a Río Grande en la definición por penales, luego de empatar 2 a 2, en la cancha municipal. Era la primera edición del torneo “Florencio Fernández” que organizaba Unión y Fraternidad.
A los 3 minutos del segundo tiempo Marcelo “Tatín” Santana con un verdadero golazo ponía el 1 a 0. A los 9 empataba Luis Iribarren. A los 20, Tito Vasilchuk luego de un pase de su hermano Hugo puso el 2 a 1 ante la salida del arquero Rey. Enseguida Challiol empató para Río Grande obligando a la definición por penales.
Allí, Kiosco Okey se impuso 5 a 4, gracias al primer penal que contuvo el arquero Daniel Córdoba a Lucho Iribarren.
El campeón presentó a: Daniel Córdoba; Carlos Zapata, Héctor Graziano, César Segovia, Hugo Vasilchuk, Marcelo Santana, Tito Vasilchuk, Marcos Rodríguez, Raúl Cleen y Julio Migueles, entre otros.
EL SEGUNDO TITULO
En marzo de 1987, el Okey se consagraba campeón del nocturno “Florencio Fernández” al vencer a San Ernesto por 1 a 0, con gol de Tito Vasilchuk a los 20 minutos del segundo tiempo.
En esa final para el Okey jugaron: Daniel Córdoba, Ángel Suárez, Carlos Zapata, Mario Mendoza, Darío Joannaz; Carlos Segovia, Marcos Rodríguez y Tito Vasilchuk; Julio Migueles, Marcelo Santana y Raúl Cleen. Luego ingresaron: Héctor Graciano, Eduardo García y Miguel Santana. Además integraron el plantel Víctor Hugo González y César Tata Segovia.
El Okey se hizo acreedor al trofeo que medía 1,93 cms y una orden de compra de $ 500.
Festejo del segundo título conseguido por el Kisoco Okey
La historia del Okey se cerró el 13 de diciembre de 1995, jugando un partido en un torneo en Villaguay, donde Héctor Graziano sufrió una dura lesión al golpear su cabeza contra el muro perimetral de la cancha. Perdió el conocimiento y le hicieron 17 puntos de sutura, debiendo permanecer internado un día en Villaguay.
Ese día todos coincidieron en cerrar un capítulo futbolístico de un grupo de amantes del fútbol que compartieron grandes alegrías y tristezas, pero que supieron disfrutar del juego y toda la previa que lo rodeaba.