Saltar al contenido

Cambiaron los árbitros y las irregularidades fueron alarmantes


La final del fútbol zonal entre Juventud Unida y Unión por la última fecha de la zona C del de la Liga de Villaguay tuvo como novedad el arbitraje de los hombres de negro que llegaron desde Villaguay. Viejos conocidos que mostraron la mediocridad del arbitraje y el partido les quedó demasiado grande.

En el primer tiempo Bernardis alternó buenas con malas y sacó a flote el partido, más que nada por el respeto que le tenían los jugadores de ambos equipos al entender que cobraba por esta zona por primera vez en el año.

En el segundo tiempo, desde el arranque mismo, el partido se le escapó de las manos, con la complicidad del línea Velázquez, dejando en claro que algunas reglas claves del reglamento “las desconocen” porque cometieron errores gravísimos.

El primero fue cuando al empezar el partido Bernardis no advirtió con no había un alcanza pelotas detrás del arco de Juventud Unida, teniendo en cuenta que el balón se iba lejos y no había nadie para alcanzar el balón. Después de varias advertencias para que ubiquen a una persona en el lugar, se solucionó el problema.

A los 7 minutos del segundo tiempo se produjo el error más grave de parte del línea, donde el árbitro que estaba frente a la jugada y observó todo, le dio la derecha a su compañero.

Fu una jugada clara donde Emilio Rey encaró al arquero a pocos metros dentro del área y la pelota quedó boyando, hasta que un jugador de Campos tocó hacia tras y habilitó a Rey quien convirtió el gol de Unión.

El línea levantó la bandera diciendo que había posición adelantada. Lo cierto es que nunca existió esa situación, teniendo en cuenta que fue un pase de un rival. Ante las protestas de los jugadores de Unión, Velázquez solo atinaba a decir “estaba adelantado”. En el video de La Semana se puede apreciar claramente que la jugada era válida, sin lugar a dudas.  Bernardiz fue cómplice de su compañero, siendo que estaba pudo ver todo de frente sin jugadores que le taparan la visión.

A medida que el partido avanzaba el juego se hizo muy discutido, y Bernardis solo atinaba mostrar amarillas por todos lados. Incluso se produjeron muchas situaciones con jugadores de Juventud Unida tirados en el piso pidiendo la asistencia, cuando muchas veces podía solicitar la camilla, para agilizar el juego. Eso recién lo implemento en los últimos 15 minutos de juego.

Otro hecho que nos generó estupor fue cuando el jugador de Juventud Unida que figuraba con el número 17 en la planilla pidió el cambio para ingresar pero en la camiseta tenía el 8, (quien había sido reemplazado en el primer tiempo) y el 17 solo se lo veía en el pantalón. A pesar de las protestas de los unionistas el línea y el árbitro hicieron como si todo estaba permitido. Y para completar Unión hizo ingresar a Delasoie y Segovia con otra camiseta bastante similar a la original, pero con diferencias en los colores, lo que tampoco debería permitirse.

También adicionó 7 minutos por las atenciones en cancha (entre ellas dos veces al arquero local), Y cuando adicionó un minuto extra al final no lo hizo jugar. Incluso en el final debió mostrarles la segunda amarilla y posterior roja a dos jugadores de Unión, (ambos ya estaban con 10) y tampoco cumplió con el reglamento.

En definitiva, una final, con un arbitraje que mostró la mediocridad del fútbol de Villaguay en desmedro de un espectáculo deportivo, y parecido a una definición de un torneo barrial.

Fernando Rodriguez.

WhatsApp